La visita de Toni Negri y un debate necesario
El encuentro del pensador padovano no tuvo como contexto el mismo de sus primeros encuentros con el público argentino.
Jorge Muracciole
Esta vez el encuentro del sextigenario pensador y militante padovano con el amplio auditorio que colmó largamente el áforo de la Casa Nacional del Bicentenario no tuvo como contexto el mismo de sus primeros encuentros con el público argentino, en plena ebullición de las asambleas populares y la conformación del Movimiento de Empresas Recuperadas. De Grisinópolis en el 2003 a la reciente conferencia de Toni Negri, las crisis recurrentes tanto en Wall Street como la implosión de la burbuja inmobiliaria en la Europa meridional, junto al profundo agudizamiento de la crisis de la deuda que azota los cimientos de la Sociedad del Bienestar en la Europa Comunitaria generan en el presente interrogantes sobre cuál será el devenir de la sociedad contemporánea, en pleno proceso de transformación.
El pensamiento del líder autonomista trasciende las coyunturas y se centra en las paradojas del proceso de metamorfosis del comando capitalista desde la gran crisis de valorización de la década de los setenta. Poder sintetizar en este reducido espacio con rigurosidad su desarrollo teórico expresado tanto en sus obras más conocidas como Imperio y Multitud, como en sus textos posteriores coincidentes con la emergencia latinoamericana y las nuevas configuraciones enfrentadas a la globalización neoliberal, se torna una tarea de difícil resolución.
En la conferencia del último viernes en Buenos Aires, organizada por la Universidad de Avellaneda "Biocapitalismo y constitución política del presente", se abrió un interesante debate entre las hipótesis centrales del filósofo veneciano y sus compañeros de panel: el catedrático Eduardo Grünner, el politólogo Eduardo Rinesi y Federico Galende, profesor de la Universidad de Chile.
En su desarrollo argumental, Negri retomó el concepto de obrero masa y su pasaje a obrero social en el contexto de la actual configuración del biocapitalismo contemporáneo. Se explayó sobre la concreción en la realidad capitalista de la tesis marxista de "subsunción real del trabajo al capital". Esta intromisión en el devenir de la vida misma de la ciudadanía genera paradojas que se irán resolviendo con la creciente autonomía del quehacer de la multitud.
En relación a su último texto, Antonio Negri sostiene que "la resistencia de los cuerpos en el capitalismo contemporáneo produce la subjetividad no en una condición aislada e individualista, sino en un complejo devenir en el cual se articula la resistencia de los otros cuerpos". En su particular mirada de Marx, el autor de Imperio excede al Estado como figura organizadora, y pondera el concepto de trabajo, como la capacidad de crear, establecer vínculos y construir nuevas emergencias de institucionalidad. Esta apuesta a la potencia de la "multitud de los pobres" se condice con la idea que afirma la dimensión potente de lo precario, expresada en la multitud contemporánea que contiene la cooperación virtual. Dicho en palabras de Negri, "el problema político de nuestro tiempo pasa por llegar a revelar cómo esta multitud virtual, que contiene el común, logra expresarse". En síntesis, la tarea es apropiarse del capital fijo que en la actual etapa no es otra cosa que el trabajo cognitivo como una forma de consolidación de nuevas libertades en camino de un nuevo contrapoder constituyente que confronte con el dominio del capital.
Abierto el debate, el joven profesor de la Universidad de Chile Federico Galende se interrogó sobre la inmanencia de la política, si uno piensa que la resistencia es la inmanencia como producción de nuevos modos de vida. Por su parte el politólogo de la Universidad de General Sarmiento Eduardo Rinesi mostró sus coincidencias particularmente con el texto El Poder Constituyente, definiéndola como la obra más destacada del filósofo italiano. En Argentina esa dicotomía entre potencia constituyente y poderes constituidos fue de mucha utilidad para analizar el ciclo de debacle y caída de la Convertibilidad y las potencias de la emergencia social expresadas por el movimiento social y los nuevos gobiernos de la región, que marcaron su confrontación con el hasta entonces hegemonismo neoliberal.
En relación a los análisis vertidos en la conferencia, caracterizó como una verdadera provocación al debate. Y en esa dirección creyó conveniente destacar que parecería que de los procesos abiertos en América Latina se ha producido una suerte de reinversión de la lógica que definía a las experiencias desarroladas desde abajo hacia la superestructura. Parecería que las potencias constituyentes de esta región no surgen de los sectores dinámicos de la sociedad civil, sino por lo contrario de la cima de los aparatos del Estado. Y paradójicamente los sectores más afines a lo constituido, a lo refractario estén concentrados en los sectores más conservadores de la sociedad civil. Resulta interesante ante la luz de estos acontecimientos que ocurren en diversos países de la región, pensar si el Estado no constituye una posibilidad dentro de una lógica de ruptura en relación con la alienación del capital.
Desde otra concepción político-ideológica, Eduardo Grünner interroga las afirmaciones de Toni Negri. En relación al concepto autonomista de "multitud de los pobres", para confrontar con ese concepto echa mano de un film de Pasolini, La Ricotta, donde queda en entredicho la idea optimista de la lógica autonomista sobre la existencia de la "multitud de los pobres" y su potencia transformadora. Afirmando el sociólogo argentino que Pasolini de alguna manera apuesta en ese film a una biopolítica negativa donde la existencia de la multitud se prolonga en esa cornisa sartreana entre el ser y la nada. Interrogándose sobre la biopolítica y su verdadera cara en lo que definiría Heidegger una suerte de armazón de emplazamiento. Preguntándose si cabe la posibilidad de haber naturalizado esos dispositivos, que construyen un sentido común irreflexivo, dotándole optimistamente una impronta transformadora. Concluyendo, que a diferencia de la anterior disidencia, coincide con Toni Negri en que la organización autónoma es la posibilidad de implosionar ese andamiaje de dominación. Concluyendo que toma de Negri esa afirmación que "el comando capitalista ejerce su dominio por medio del temor y la esperanza". -
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